La Obra Social de Ibercaja presenta en exposición la primera edición de la serie completa de Los Desastres de la Guerra, de Goya, en la Sala de Exposiciones de la Escuela de Arte Plaza de la Catedral, 8 en Teruel.
Se trata de 80 grabados de Francisco de Goya y Lucientes(Fuendetodos, Zaragoza, 1746 – Burdeos, 1828), que el pintor realiza en plena contienda entre los años 1810-1814, y que constituyen casi una crónica gráfica del trágico suceso.
En ellos, Goya trasciende los propios acontecimientos y su aventura existencial y vital, y se sirve de su arte para hacer un alegato contra toda guerra: denuncia las atrocidades cometidas por el ejército francés contra el pueblo español, pero también la violencia de los guerrilleros y de la masa incontrolada. El resultado es un testimonio de una modernidad sorprendente para la época, una verdadera reflexión cruda y desencantada sobre el hombre, inmerso en una situación límite que provoca crueldad, muerte y miseria, y que refleja el fracaso de la razón en la que tanto confiaban los ilustrados.
Muchos de los defectos y de los problemas que Goya reflejó con sentido crítico en estos grabados siguen hoy presentes como grandes problemas existenciales y sociales en la contemporaneidad. Con su testimonio, esta exposición apela al compromiso y complicidad del visitante, para conseguir que se imponga de nuevo la razón y brillen las “luces” en la humanidad.
Sobre Los Desastres de la Guerra
Francisco de Goya realiza las planchas de Los Desastres de la Guerra entre los años 1810 y 1814, sin duda impresionado por la convulsión en la que se vio envuelta España y por las escenas terribles que seguramente presenció o le refirieron. La serie está grabada al aguafuerte con punta seca, lavis, buril y barniz.
Si bien se conocen unas pruebas que hizo el propio Goya hacia 1814 o 1815, el pintor no pudo ver editada esta serie en vida ya que por su inconveniencia política e implicando una consciente denuncia de los horrores vividos, los grabados no fueron sacados a la luz hasta 1863, cuando él ya estaba fallecido. Aquí se presenta aquella primera impresión de 1863, que fue realizada por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.
Nunca hasta entonces la guerra y sus consecuencias habían sido retratadas con tanta crudeza. Jamás un artista hasta entonces había narrado de forma tan precisa la brutalidad, el exceso, la arbitrariedad; en suma: lo que significa la guerra y sus efectos. Goya se convirtió, de esta forma, en cronista y reportero gráfico del desastre. Hoy sabemos que la intención del pintor no era solamente denunciar una guerra concreta, la de la Independencia. Su denuncia trascendía el hecho histórico del que había sido testigo excepcional e invitaba a una reflexión general sobre la violencia sin medida y sentido, fuera del tiempo y de la circunstancia.
Los Desastres de la Guerra representan una triste memoria de lo acontecido en nuestro país con la llamada Guerra de la Independencia de 1808, a través de unas imágenes tan terribles como didácticas grabadas por Goya y que nos recuerdan que hoy se siguen repitiendo la misma barbarie, la miseria, la sinrazón y el odio en otros lugares del mundo, y que debemos seguir insistiendo en la necesidad de poner fin a las guerras.